Hechos los dibujos de los niños, sólo quedaba decidir el transporte más adecuado, y la elección en esta ocasión fueron unos bonitos globos con forma de corazón inflados con helio.
El mayor problema podía ser la previsión de lluvia que daba para todo el fin de semana. Intentamos plastificar los dibujos, pero así los globos pesaban mucho, y no se elevaban. Así que quitamos el plástico y confiamos en que la tía Miriam nos echase un cable desde arriba.
Ya estaba todo preparado. Nos fuimos con los globos al punto más alto de la ciudad y uno de nuestros sitios favoritos, el castillo.
Los niños estaban contentos, nerviosos y emocionados., y los mayores también la verdad.
Y aunque el cielo estaba muy negro, finalmente no cayó ni una gota.
Mi hijo mayor eligió uno de los miradores del castillo que no tenía demasiados árboles, y al grito de ¡1, 2 y 3!.... lanzaron los globos.
Los globos comenzaron a elevarse rápidamente hacía el cielo, como si estuviesen haciendo una carrera.
Subían y subían....
Hasta que entraron en la casa de las nubes....(como dijeron los niños).
Y seguro que los dibujos, llegaron a su destino.
Qué bonito!!
ResponderEliminarUn saludo
Gracias. Fue idea de mis hijos enviar unos dibujos al cielo para la tía Miriam, que nos dejó hace poquito. Y la verdad es que fue un día muy especial y lleno de emociones.
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